domingo, febrero 24, 2008
El cansancio
Recuerdo días pasados cuando mi droga principal era la falta de sueño. Hoy vuelvo a eso forzadamente y el cuerpo no me da. Escribir huevadas sin coherencia alguna es lo que me queda, y fumarme todos los cigarrillos de la vida, qué más?
La conversa es una buena opción y no carezco de interlocutores, pero quién me va a entender mejor que yo misma? Sobre todo las partes que ni yo misma aún logro entender.
El cuerpo adormecido y la mente despierta, sacando fuerzas de lo más profundo, de la fuerza vital. Este cuerpo en un estado peculiar apela a sinestecias que son a veces insoportables. La paciencia es gris, el dolor es blanco, el vientre rojo y los labios púrpuras. Y todo lo exterior es lo etéreo, por su lado inefable, por su lado de alteridad, porque es otro y no soy yo.
Y tengo miedo de dormir y de despertar muerta en vida. Y tengo miedo de dormir y de despertar otra vez sin ganas de ver el sol. Pero ya casi no puedo mantenerme en pie. Me imagino con el rostro pálido y unas ojeras oscuras que me dan un aire taciturno. La vida reflejada en las pupilas. Culto narcicista o una agarradera más para sentir al menos que doy un paso?
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